Durante el puente de la Inmaculada y de la Constitución en el
mes de diciembre y organizado por la Asociación cultural y recreativa
"Hermanos/as de San Roque" de Olvés, tiene lugar desde
2003 todos los años en el pueblo la celebración a nivel
popular de la fiesta del tocino.
El desarrollo de los actos, que duran dos días es el siguiente:
El primer día, al mediodía, se trae el tocino o los tocinos
al pueblo ya muertos en un matadero.
Después
de que Lisardo, el matachín y sus ayudantes y colaboradores preparan
el material que utiliza para toda la matanza (banco, hacha, cuchillos,
afiladores, cazoletas, gancho, funda para instrumental, etc
) se
procede a pelarlo y limpiarlo en el banco con las correspondientes cazoletas
y agua hirviendo, la cual se calienta de antemano en una caldera al
fuego de los sarmientos y de las cepas. Suele comentar el matachín
que la noche anterior tiene que poner todo a punto, ya que hace mucho
tiempo que no los usa (últimamente de año en año).
Se notaba en su rostro que estaba disfrutando de lo lindo rememorando
tiempos pasados.
Realizada
la limpieza del tocino se cuelga del techo en un gancho, para que el
matachín Lisardo con unos cuantos colaboradores y colaboradoras,
proceda a abrirlo en canal para sacarle todo el mondongo y la coladilla.
El animal se queda colgado abierto de patas y manos para que se joree
bien.
Ya
por tarde, se empiezan a elaborar las morcillas con la sangre del animal
y con el arroz que las mujeres cuecen el día anterior, añadiendo
también diferentes especias, para darle el mejor sabor a las
morcillas, cosa que hacen las mujeres más veteranas en la matanza.
Después de lavados los anchos, se procede a llenar las morcillas
con la máquina necesaria al respecto, la cual se tiene que limpiar
bien, porque hace tiempo que está en el granero sin utilizarse.
La coordinación para la elaboración tanto de las morcillas
como de los demás productos es total, ya que mientras unas mujeres
llenan, otras atan, otras pinchan, otras van cociendo las morcillas
en la caldera y otras y otros las van probando una vez cocidas para
darles el visto bueno. Con la espumadera de vez en cuando se va quitando
la espuma que sale a la superficie de la cocción. Al finalizar
las morcillas, también se hacen unas cuantas "bolas".
Señalar
que da gusto ver a todas mujeres con los típicos delantales blancos,
que algunas tienen guardados en el armario desde hace años y
también con los delantales que la asociación les proporciona.
Siguiendo
con la matanza, y a media tarde aproximadamente se decide que había
llegado la hora de escarnar el tocino. Se descuelga, se echa al banco,
y se procede a despiezarlo poco a poco. Sale el magro, el gordo, la
bufanda, los perniles, los espaldares, los huesos dulces, etc
..Conforme
se va haciendo a trozos, parte de la carne se guarda para asar al día
siguiente y otra parte de la carne se capola con las máquinas
de capolar adecuadas para ello, que al igual que las otras máquinas
para llenar a que nos hemos referido antes, éstas de capolar
así como sus accesorios también hubo que limpiarlas bien,
ya que también estaban por el granero sin usar hace tiempo.
Para capolar toda la carne necesaria para la elaboración de los
productos, tienen que entrar en acción los hombres, ya que es
una tarea en la cual se necesita fuerza para darle al manubrio. Con
la carne necesaria ya capolada, se procede a separar cuidadosa y minuciosamente
el gordo y el magro, echando la cantidad necesaria de cada tipo de carne
en distintas terrizas adecuadas para ello. Luego en cada terriza y con
las especias necesarias se hacen las mezclas para la elaboración
de chorizos, butifarra, longaniza, fardeles, morcilla de hígado,
etc
.Se ponen en acción nuevamente las máquinas de
llenar y se elaboran todos estos productos, los cuales se cuelgan para
que se joreen bien.
Para
que el personal no pierda fuerzas, se degustan unas patatas asadas acompañadas
de un buen vino de la tierra en porrón o en bota.
Para
terminar el día, y pa postre después de las pataticas,
la Consuelo suele traer unas buenas pulladas que se rocian con el arrope
que también suele traer la Marisol.
Y
cantando alguna que otra jota se despide el personal hasta el día
siguiente.
Al
día siguiente, y sobre las 10,30h. de la mañana se sigue
con el matapuerco. Se empieza a cortar y preparar la carne que se ha
guardado para asar. Se preparan también las migas con el pan
duro que las mujeres cortan un día antes y también se
preparan las mollejas. En definitiva se va preparando todo para la elaboración
y organización de una "comida popular" para todo el
pueblo.
Se hacen varias hogueras con unos buenos sarmientos y con unas buenas
cepas para que haya buena lumbre y buen rescoldo.
Cuando
falta poco para la hora de la comida (que suele ser sobre los dos de
la tarde), se empieza a cocinar. Con unas buenas sartenes se fríen
las migas y las mollejas, y después con unas cuantas parrillas
se asa la carne, alguna que otra morcilla, algún fardel, alguna
bola, en fin un poco de todo.
Conforme
se va cocinando y para que la comida no se enfrié se va repartiendo.
De primer plato, las migas con unas mollejas y unos cuantos granos de
uva que les echa algún que otro comensal (están riquísimas).
Y de segundo plato, toda la carne que cada uno quiera comer. Naturalmente
todo regado con un buen vino de la tierra, o mejor dicho de Olvés,
bebido en porrón o en bota.
La
gente siempre está muy animada y disfruta muchísimo.
Y
para terminar estas dos grandes jornadas gastronómicas, se efectúa
un sorteo de unos veinte lotes aproximadamente de productos elaborados
y una subasta de otros diez lotes, los lomos y los jamones del tocino
o tocinos o también puede ser tocina, como pasó un año.
Antes
de dar fin a este artículo, la asociación quiere agradecer
públicamente a toda la gente que colabora desinteresadamente
en estas dos fantásticas jornadas dedicadas a este fantástico
animal del que se aprovecha absolutamente todo. Una vez más se
demuestra que con la solidaridad y la colaboración de todos,
siempre que se organiza algo, siempre sale bien.
Gracias nuevamente a todos. Un saludo.